Omegle fue diseñado para facilitar conversaciones aleatorias entre usuarios de todo el mundo. Operaba bajo la premisa de emparejar a los usuarios en sesiones de chat uno a uno, permitiendo la comunicación anónima. Con características como la opción de chat de texto y video, y la posibilidad de emparejamiento por intereses, se volvió popular, especialmente entre los jóvenes durante la pandemia. Sin embargo, su falta de moderación y verificación de usuarios llevó a incidentes de comportamiento inapropiado. Con el cierre de Omegle, alternativas como OmeTV, que requiere verificación de cuentas de redes sociales, y ChatHub, que permite chats anónimos sin registro, han surgido como opciones más seguras. Los usuarios deben ser cautelosos al compartir información personal y considerar los riesgos asociados con el chat anónimo.